domingo, 28 de abril de 2013

¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?






Seguramente alguna vez has puesto mucho empeño en conseguir un objetivo y quizás te has dado cuenta que con el paso del tiempo estabas obteniendo peores resultados, pero debido a las prisas no te has parado a pensar que es lo que está pasando, cuales con son los motivos que hacen  que tu rendimiento sea inferior,  lo mejor es parar, analizar y buscar soluciones.

Espero os guste el siguiente relato:

"Había una vez un leñador que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno, y las condiciones de trabajo, mejores aún, así que el leñador se propuso hacer un buen papel.
El primer día se presentó al capataz, que le dio un hacha y le asignó una zona del bosque. El hombre, entusiasmado, salió al bosque a talar. En un solo día cortó dieciocho árboles.
–Te felicito, sigue así –dijo el capataz.
Animado por estas palabras, el leñador se decidió a mejorar su propio trabajo al día siguiente. Así que esa noche se acostó temprano.
A la mañana siguiente se levantó antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo su empeño, no consiguió cortar más de quince árboles.
–Debo de estar cansado –pensó. Y decidió acostarse con la puesta del sol.
Al amanecer se levantó decidido a batir su marca de dieciocho árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad. Al día siguiente fueron siete, luego cinco, y el último día estuvo toda la tarde tratando de talar su segundo árbol.
Inquieto por lo que diría el capataz, el leñador fue a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se estaba esforzando hasta los límites del desfallecimiento. El capataz le preguntó:
–¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?


–¿Afilar? No he tenido tiempo para afilar: he estado demasiado ocupado talando árboles”.

Reflexión:
Seguro que para cada uno de nosotros afilar el hacha tiene un sentido diferente. Algunos pensaran en la formación, otros en el descanso, en cambiar la forma de actuar, ….. Lo que si tenemos que tener claro es que cuando obtenemos resultados inferiores a los esperados debemos analizar y descubrir cual es el verdadero problema que hace que no podamos obtener nuestros objetivos.

 
El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatídico. Lo que cuenta es el valor para continuar.


domingo, 21 de abril de 2013

Aprovecha tus cualidades y nada ni nadie te podrá parar. Adelante!!!!




He encontrado este cuento de Mamerto Menapace que nos hace reflexionar sobre el trabajo en equipo  y sobre todo nos deja claro que siempre tenemos que destacar, descubrir nuestras cualidades y dejar atras lo que  opinan de nosotros, no pensar en nuestros  posibles defectos y creer en nuestro potencial  Cada persona llevamos internamente oculto unas cualidades que hacen que seamos únicos y que además si lo compartimos en equipo podemos llegar a ser verdaderamente increibles.



ASAMBLEA EN LA CARPINTERIA

Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea.
Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias.

El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? ¡Hacía demasiado ruido! Y, además, se pasaba el tiempo golpeando.
El martillo acepto su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera para algo.

Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija.

Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás.

Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto.

En esto entro el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo.

Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente la tosca madera inicial se convirtió en un fino mueble.

Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación.

Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo:
-"Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos ".

La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto.

Se sintieron entonces un equipo capaz de producir muebles de calidad. Se sintieron orgullosos de su fortaleza y de trabajar juntos.

Ocurre lo mismo con los seres humanos. Observar y lo podéis comprobar.
 
Cuando en una empresa el personal busca a menudo defectos en los demás, la situación se vuelve tensa y negativa. En cambio al tratar con sinceridad de percibir los puntos fuertes de los demás, es cuando florecen los mejores logros humanos.

Es fácil encontrar defectos, cualquiera  puede hacerlo. Pero encontrar cualidades, eso es para las personas superiores que son capaces de inspirar los éxitos humanos.


Tú puedes ser ese tipo de personas,  encuentra cualidades en ti y en el equipo,  destacar defectos no sirve para nada,  aprovecha las cualidades y nada os podrá parar.  Adelante!!!!

sábado, 13 de abril de 2013

Descubre lo que eres, para saber lo que vales.







Importante e interesante frase” Descubre lo que eres para saber lo que vales”, si creo que todos alguna vez hemos pasado por esto, nos creemos que no podemos llegar, que no valemos, que hay gente superior que puede hacerlo mejor que nosotros y eso no siempre es así, falta conocernos un poco para poder llegar a metas que nos parecían inalcanzables.




Un aguador de la India tenía sólo dos grandes vasijas que colgaba en los extremos de un palo y que llevaba sobre los hombros. Una tenía varias grietas por las que se escapaba el agua, de modo que al final de camino sólo conservaba la mitad, mientras que la otra era perfecta y mantenía intacto su contenido. Esto sucedía diariamente. La vasija sin grietas estaba muy orgullosa de sus logros pues se sabía idónea para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba avergonzada de su propia imperfección y de no poder cumplir correctamente su cometido. 

Así que al cabo de dos años le dijo al aguador:

-Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir por tu trabajo.


El aguador le contestó:
 -Cuando regresemos a casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino.

Así lo hizo la tinaja y, en efecto, vio muchísimas flores hermosas a lo largo de la vereda; pero siguió sintiéndose apenada porque al final sólo guardaba dentro de sí la mitad del agua del principio.


El aguador le dijo entonces:

-¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Quise sacar el lado positivo de tus grietas y sembré semillas de flores. Todos los días las has regado y durante dos años yo he podido recogerlas. Si no fueras exactamente como eres, con tu capacidad y tus limitaciones, no hubiera sido posible crear esa belleza.


Todos somos vasijas agrietadas por alguna parte, pero siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.

En la vida en alguna ocasión no confiamos en nosotros mismos, perdemos el tiempo observando, para imitar y lograr ser el mejor, pero descuidamos todo nuestro potencial que llevamos dentro. Cita: "Para ser existoso no tienes que hacer cosas extraordinarias, tienes que hacer cosas ordinarias, extraordinariamente bien!

Confia en ti y si aprovechas tus grietas te sorprenderás de lo que puedes llegar a alcanzar.
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